I La nueva centralidad de la cultura en la sociedad
1. La mediación
tecnológica del conocimiento en la producción social
La tecnología
ha dejado de ser un instrumento de comunicación para erigirse en un factor
determinante a la hora de construir nuevos modos de construir y percibir
lenguajes.
La revolución
tecnológica y las nuevas formas de producir mensajes no sólo aportan una gran
cantidad de mensajes sino construyen un nuevo modo de relación entre los
procesos simbólicos y las formas de producción y distribución de bienes y
servicios que está asociado a un nuevo modo de comunicar, convirtiendo al
conocimiento en una fuerza productiva directa. En ésta sociedad el desarrollo
económico, político y social están relacionadas a la innovación.
De ésta
situación se pueden analizar tres fenómenos
a. Aparición de
un entorno educacional difuso y descentrado: La educación no se dá solamente en las escuelas o los libros. De ahí que
una transformación en los modos de circulación del saber es una de
las más profundas transformaciones que puede sufrir una sociedad. Es disperso y
fragmentado, por tal motivo la escuela no es el único centro legitimador del
saber.
b. Nuevas
figuras de razón que interpelan a la tecnología inteligente. Se ha
modificado la relación entro el hombre y la máquina para enlazarlos en una
nueva vivencia, ya no dual sino a partir de una multisensorialidad. La
virtualidad de los espacios creados con las nuevas tecnologías establecen una
nueva relación hombre-máquina “Al trabajar interactivamente
con sonidos, imágenes y textos escritos, el hipertexto hibrida la densidad
simbólica con la abstracción numérica haciendo reencontrarse las dos, hasta
ahora “opuestas”, partes del cerebro. De ahí que de mediador universal del
saber, el número esté pasando a ser mediación técnica del hacer estético, lo
que a su vez revela el paso de la primacía sensorio-motriz a la sensorio
simbólica”.
c. Cambios
en los mapas profesionales y laborales que se avecinan.
“Está en marcha una transformación en profundidad del mapa “moderno” de las
profesiones, un mapa más ligado cada día a la configuración de nuevos
oficios que vienen exigidos por las nuevas formas de producir y gestionar, y
por las nuevas destrezas mentales que la revolución tecnológica introduce en
la alfabetización al mundo laboral de hoy”. Por un lado entran
en juego las dificultades que otorga la globalización al mercado laboral como
es la flexibilización, ese sería el aspecto negativo, el aspecto novedoso (no
se si positivo) sería la multicapacitación de los trabajadores dejando de lado
las especializaciones para dar lugar a un trabajador multifacético, según el
autor.
2. La explosión de las identidades
La globalización pone en marcha una tarea de conexión de todo lo que “vale”
y margina a lo que “no vale” incluyendo dentro de éstas categorías, empresas,
instituciones, individuos.
“Este proceso de
inclusión/exclusión a escala planetaria está produciendo no sólo reacciones y
atrincheramientos sino una disyunción profunda y creciente entre la lógica de
lo global y las dinámicas de lo local. La manifestación más visible y honda de
esa disyunción es la presencia en la experiencia cotidiana de la gente de un
sentimiento compartido de impotencia, es decir de que su trabajo, su entorno y
su propia vida, escapan aceleradamente a su control. Las tres grandes
instituciones de la modernidad –el trabajo, la política y la escuela– que
constituían la fuente del sentido colectivo de la vida han entrado en una honda
crisis …. La sociedad-red no es un puro fenómeno de conexiones
tecnológicas sino la disyunción sistémica de lo global y lo local mediante la fractura
de sus marcos temporales de experiencia y de poder: frente a la elite que
habita el espacio atemporal de las redes y los flujos globales, las mayorías en
nuestros países habitan aun el espacio/tiempo local de sus culturas, y frente a
lógica del poder global se refugian en la lógica del poder que produce la
identidad”.
a. Cambios de fondo
en la percepción y el sentido de las identidades.
Las antiguas categorías de identidad entran en crisis y ya no se habla de
identidad de clase, etnia, nacionalidad ya que múltiples referentes aportan
diferentes opciones de identidad.
b. El carácter
especialmente complejo y ambiguo del revival identitario
Los
individuos o los grupos religiosos políticos, que muchas veces aglutinaban
sectores sociales unidos por la exclusión económica o social ya no solo buscan
una reivindicación de éste tipo sino que
también lo hacen desde la necesidad de ser reconocidos desde lo simbólico.
“Los nacionalismos, las xenofobias o los
fundamentalismos religiosos no se agotan en lo cultural, pues todos ellos
remiten, en períodos más o menos largos de su historia, a exclusiones sociales
y políticas, a desigualdades e injusticias acumuladas, sedimentadas. Pero lo
que galvaniza hoy a las identidades como motor de lucha es inseparable de la
demanda de reconocimiento y de sentido. Y ni el uno ni el otro son formulables
en meros términos económicos o políticos, pues ambos se hallan referidos al
núcleo mismo de la cultura, en cuanto mundo del pertenecer a y del compartir”.
c. Globalización: las identidades y los flujos.
Quienes manejan el capital financiero pretenden asociar los flujos de
información y comunicación asociados a la circulación del capital. Mientras las
mercancías y la tecnología va del centro a la periferia. Los excluidos intentan
ir de la periferia al centro, encontrando allí fuertes manifestaciones de
xenofobia y racismo que los rechazan generando asentamientos de migrantes en
distintos países centrales.
d. La
cercanía política de los fundamentalismos. La situación antes descripta trae como
consecuencia en algunos países de Europa y Latinoamérica una fuerte tendencia a
fundamentalismos racistas con el intento de extraditar los ciudadanos
provenientes de otros países.
e. Lo
que sólo hace posible la multiculturalidad convivida Un
nuevo concepto de tolerancia a la diversidad y la convivencia entre diferentes
es desde donde se podrá negociar e interactuar con la globalización y –según
Barbero- donde se terminará por transformarla.
3. Las
ciudadanías culturales
A partir de las nuevas identidades se aporta al surgimiento de un nuevo
sujeto político poniendo como ejemplo los nuevos movimientos sociales que
tenían escasa participación durante décadas anteriores.
a. De un
lado estamos ante políticas del reconocimiento
Diferente al
proceso de identidad moderna donde del individuo pertenecía a algún grupo, las
identidades actuales tienen que ver mas con un reconocimiento del
individuo. “La identidad no es pues lo
que se le atribuye a alguien por el hecho de estar aglutinado en un grupo …
sino la expresión de lo que da sentido y valor a la vida del individuo” Es
en el intercambio donde los individuos o grupos son reconocidos. “Las identidades/ciudadanías modernas –al
contrario de aquellas que eran algo atribuido a partir de una estructura
preexistente como la nobleza o a la plebe– se construyen en la negociación del
reconocimiento por los otros”.
b. De otro
lado, lo que el multiculturalismo pone en evidencia es que las
instituciones liberal-democráticas se han quedado estrechas para representar a
la diversidad.
Los nuevos
movimientos sociales no encuentran expresión en las tradicionales estructuras
políticas partidarias, dando nacimiento a nuevos movimientos sociales, con una
lógica de construcción y funcionamiento muy diferentes, más horizontales y
plurales. “…La democracia
está necesitada hoy de una ciudadanía que se haga cargo de las identidades y
las diferencia”.
c. El
derecho de ciudadanía: participación y expresión Por un lado el
autor habla de la necesidad de reconocer la exclusión social, política y
cultural de las mayorías pobres y las minorías étnicas o sexuales. Y también de
reconocer su derecho a la participación de éstos sector en las decisiones
respecto a los situaciones que los afectan directamente, estableciendo una
ligazón con la información veraz que prime por sobre el negocio y el derecho a
la expresión de sus maneras de ver el mundo.
II. Integración regional y políticas culturales
1. Integración
y globalización
La
integración latinoamericana en lo económico, no siempre está en consonancia con
la integración de los pueblos. El mercado impone una sustitución de los
proyectos de emancipación social por una lógica de competitividad impuesta por
la economía neoliberal. América Latina busca integrarse a los mercados
internacionales pero desde una lógica de la competitividad que esta quebrando
la solidaridad regional. La competencia entre grupos como el TLC o el Mercosur
por ejemplo está siendo prioritario en lugar de la cooperación regional, lo que
sumado a una lógica neoliberal de concentración del ingreso, reducción del
gasto social y achicamiento del estado. En consecuencia una integración
cultural latinoamericana debería contar con industrias culturales que tengan una
orientación diferente, priorizando la unidad latinoamericana por sobre las
competencias impuestas por el mercado. Si se tomara una decisión desde las
construcciones de sentido se podrían plantear una transformación del sistema
educativo en su relación “con los campos
de experiencia que configuran las nuevas sensibilidades, los nuevos lenguajes y
las escrituras informáticas. Pero esas políticas culturales no serán posibles
mientras culturas políticas sigan vacías de densidad simbólica, incapaces por
tanto de interpelar y convocar a los ciudadanos, atrapadas entre populismos y
clientelismos. La democratización de la sociedad deriva hoy hacia un trabajo en
la propia trama cultural y comunicativa de la política”
La
construcción de contenido simbólico no pueden separarse de las construcciones
políticas que buscan recuperar su capacidad para representar a los ciudadanos y
recuperar el sentido de pertenencia en una sociedad con un desmembramiento
importante.
a. En el proceso de integración globalizada que realiza
Latinoamérica el autor se pregunta sobre el rol de las industrias culturales,
en especial las audiovisuales que pese a haber tenido un importante crecimiento
respondieron mas a un interés privado que a la construcción de esa unidad
latinoamericana.
b.
Devaluación política y cultural del “espacio nacional” Por un
lado la globalización desvaloriza lo telúrico o lo nacional y por otro lado lo
local adquiere la idea de nación, en tal sentido se “provinciliza” la nación “Mirada desde la diversidad de las culturas
locales, la nacional equivale a homogenización centralista y acartonamiento
oficialista” en tal sentido Barbero sintetiza que la cultura nacional pasa
por una mirada de la sociología moderna-universal con una antropología
tradicional-autóctono, entre ambas dicotomías el planteo de lo nacional como
cultura única y homogénea pierde vigencia.
Por otro lado
las necesidades de las industrias culturales avanzan por un lado desafiando los
límites de los estados y por otro aportan a la integración de la identidad
cultural de nuestros pueblos.
c. La
revalorización de lo local Las
identidades culturales nacionales son cada vez más multilingües, existe una
apropiación de distintos elementos de otras sociedades, la revalorización de lo
local se hace a través del reclamo de grupos étnicos, regionales, municipales,
de género, etc. del reconocimiento de sus derechos y demandas a partir también
de sus representaciones simbólicas.
d. El
reencuentro con lo popular tradicional Las culturas tradicionales están en un proceso de transformación a partir
del contacto con otras culturas populares del mundo. A pesar de la continuidad
de su dominación se vienen dando estrategias de difusión de lo propio
aprovechando las nuevas tecnologías a escala global. Si bien encuentran una
dificultad de invasión de mensajes globalizantes, también las comunidades
tradicionales logran romper el cerco impuesto durante siglos y logran en muchos
casos ser proptagonistas en la construcción de sus propios mensajes.
e. La glocalidad de lo urbano Es en la ciudad
donde se construye la nueva ciudadanía con sus nuevas identidades construidas
con elementos que provienen de la cultura nacional, lo tradicional local y
elementos de la transnacionalidad. Allí es donde nacen los nuevos modos de representación
y participación política. A su vez da cuenta de una nueva configuración de las
ciudades en donde los habitantes del campo se trasladan a las grandes urbes,
establece una localización diferente en donde los habitantes de la ciudad se
establecen en sectores que los son conocidos y no tiene gran conocimiento de
lugares próximos, más allá de los trayectos inevitables;
por otra parte también indica una diferencia generacional en cuanto al
manejo de la información. Los jóvenes, a diferencia de los adultos, pueden
interactuar fácilmente con las nuevas tecnologías.
El autor no obstante nos habla de formas de exclusión al no haber
salida laboral y mucha agresividad e inseguridad.
2. Construcción
del espacio cultural latinoamericano
En los 90 en
América Latina se da a partir de la desregularización de los mercados, a la vez
que se produce una desvalorización de lo público se va generando una
reconfiguración social de los medios de comunicación sobre los que inciden las
nuevas ciudadanías y los nuevos espacios en la esfera pública.
A Del
mercado audiovisual al espacio cultural: La dinámica de la industria cultural inciden directamente sobre el proceso
de construcción de las identidades. De todas formas en los acuerdos de
integración regional ocupa un lugar marginal, muy alejado de una verdadera
política de estado. En cambio su desarrollo, queda en la esfera de lo privado
–en muchos casos logrando una importante concentración de medios-, determinando
a su antojo contenidos que en muchos casos distan del fomento de una identidad
de lo nacional, por el contrario favorecen la libre circulación de contenidos
transnacionales. En América latina no se ha dado una política cultural común a
los fines de aportar en la construcción de una identidad regional.
En otros
casos predomina una visión cerrada de la identidad nacional, con una concepción
cultural asociada a lo patrimonial y “lo culto”. Encaminada a promover las
artes de elites desconociendo el importante aporte de las industrias culturales
(fundamentalmente de la audiovisual) para las grandes mayorías
Las
industrias culturales, están logrando influir en la vida personal-familiar de
las grandes masas, organizando el tiempo libre con entretenimientos gratuitos
en los hogares y del manejo de información de manera estratégica.
Si el estado
y las organizaciones sociales no toma en sus manos la construcción de una
identidad cultural a partir de la apuesta a producciones culturales propias.
Esto puede aportar a una renovación y profundización de la cultura.
La integración
económica no será posible sin el desarrollo de un espacio cultural común donde
exista un verdadero intercambio cultural, de circulación, consumo y producción
de bienes culturales.
b. Los
nuevos actores de la integración horizontal. Frente a la inacción de los estados las
emisoras locales cumplen un rol muy importante en su aporte a la integración
regional.
c. Las
brechas abiertas en las grandes máquinas de los conglomerados multimedia.
Muchas veces elementos culturales latinoamericanos ocupan lugares
importantes en las grandes cadenas de medios concentrados produciendo
importantes aportes culturales, podemos citar como ejemplo exponentes de la
música popular, el rock, rapp, etc.
d. Las aun
necesarias políticas de comunicación. “Las políticas de comunicación
deben ser hoy pensadas no como meras “políticas de medios” sino como políticas
sobre el “sistema comunicativo””, Al diseñar una política del sistema
comunicativo estamos delineando una verdadera política cultural integral.
“Si el Estado se ve hoy obligado desregular el funcionamiento de los medios
comerciales debe entonces ser coherente permitiendo la existencia de múltiples
tipos de emisoras y canales que hagan realidad la democracia y el pluralismo
que los canales comerciales poco propician”.
3. Los nuevos
regímenes culturales de oralidad/literalidad/visualidad
Las nuevas formas de producir la cultura a determinado una nueva manera
de ver, interpretar las comunicaciones, muchas veces rechazado por los
intelectuales, pero que representan una realidad indetenible
a. La
batalla cultural de las imágenes: Las nuevas tecnologías y
las nuevas formas de interpretación juegan un rol fundamental en los procesos
de comprensión de los diferentes hechos por parte de las nuevas. Los
dispositivos audiovisuales facilitan el proceso de comprensión de todo tipo de
conocimientos.
b. El
nuevo estatuto cultural de la imagen: La imagen gana terreno en el proceso de
conocimiento y difusión de saberes, ya no es sólo la palabra escrita sino la
imagen como soporte fundamental de contenidos, jugando un rol fundamental en la
formación de la sensibilidad y la ciudad moderna.
Vattimo afirma
que “el sentido en que se mueve la tecnología no es ya tanto el dominio de la
naturaleza por las máquinas cuanto el específico desarrollo de la información y
la comunicación del mundo como imagen”.
c. La
estratégica complicidad de la cultura oral con la visualidad electrónica.
Existe una
excelente complementariedad entre la oralidad que perdura como experiencia
cultural primaria para las mayorías y la visualidad tecnológica.
“Las mayorías en América Latina se están
incorporando a, y apropiándose de, la modernidad sin dejar su cultura oral,
esto es no de la mano del libro sino desde los géneros y las narrativas, los
lenguajes y los saberes, de la industria y la experiencia audiovisual”.
III. Diseño y gestión cultural
Se torna
difusa la línea que separa la cultura culta, de la popular, nuevas formas de
convivencia han surgido.
“Es el campo cultural entero el que está siendo
re-diseñado a partir de las nuevas relaciones entre matrices culturales y
formatos industriales, entre innovación y estandarización, y por el nuevo papel
que ahí juega la tecnología convertida en organizador perceptivo, dimensión
constitutiva del entorno cotidiano y fuente de nuevos objetos y nuevos
lenguajes”.
1. El diseño
cultural de políticas.
La tecnología
como parte del ecosistema comunicativo le da un nuevo valor a la articulación
entre la comunicación y la cultura. Al poner al servicio del resto del mundo
una cultura en particular, acelera el intercambio entre culturas, produciendo
un hecho cultural en sí mismo, significando el diseños de políticas de
activación de la difusión de la experiencia creativa de cada comunidad
cultural.
“La comunicación en el campo de la cultura deja de ser un movimiento
exterior a los procesos culturales para convertirse en un movimiento entre culturas: movimiento de acceso,
esto es de apertura, a las otras culturas, que implicará siempre la
transformación/recreación de la propia”.
2. El diseño de
procesos socioéstéticos
Las
nuevas formas de producción de mensajes y de la cultura establecen cambios en
las condiciones del saber con las nuevas maneras del sentir, estableciendo una
nueva relación entre la experimentación técnica y la innovación estética.
La técnica aparece como una nueva forma de producir significados. “Dando lugar a un nuevo tipo de interacción
entre los sentidos y la abstracción que acaba redefiniendo las fronteras entre
arte y ciencia”. Estableciendo nuevas formas de producción estética.
3. El rediseño
de instituciones culturales, un ejemplo: el museo
El museo ha pasado a ser una nueva forma de acceder al conocimiento a
partir de “la cooptación del museo por la
lógica de las industrias culturales, habla también de una nueva percepción que,
rompiendo el museo como caja
fuerte de las tradiciones, lo abre hasta convertirlo en espacio de
diálogo con las culturas del presente y del mundo”.
El museo cumple con “la necesidad
individual y colectiva que experimenta mucha gente hoy de algo diferente, de exponerse a
experiencias otras, “fuera de serie”, de adentrarse en otras temporalidades,
largas, extrañantes”.
“La necesidad de rediseño del
sentido y los fines del museo
como institución indispensable de la memoria de los pueblos. Un
rediseño que busca hacer del museo un lugar no de apaciguamiento sino de
sacudida, de movilización y estremecimiento, de shock”.